Las Escrituras

Si hay un libro entre los libros ese es la Biblia, no por su calidad literaria, que la tiene, sino por contener la Palabra, la Palabra de Dios. La Palabra de Dios que es Cristo, el cual ha tomado nuestra carne y se ha hecho hombre, se ha encarnado. La escucha continuada de esta Palabra, entrando por el oído llega al corazón, cura y sana las heridas. Transforma, mueve, descubre, consuela. Es la luz que ilumina la vida, pone nombre a percepciones, sentimientos, sensaciones, deseos, experiencias.
 
Las Escrituras no están muertas. La Palabra está viva, tiene poder, es eficaz. Así fue en el principio, según cuenta el Génesis; viva estaba cuando se encarnó en Jesucristo; y viva permanece hoy. 
 
“En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron”.[Jn.1,1-5] 
 
“Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero”[Sal 119,105]

Para leer la Biblia (de Jerusalén) online:

http://www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/index.htm